Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Sabías que el 79% de las personas prefieren correr sin su pareja ?Mientras que a algunas personas les encanta correr solas, otras prefieren hacerlo en pareja. ¿Pero cuál es la mejor opción para ti y tu pareja?

Analizamos qué opción te conviene más con la opinión de atletas de PUMA, Lucy Reid y Sondre Nordstad Moen.

LA EUFORIA DE CORRER JUNTOS

Correr en pareja tiene algo especial. Ir al mismo ritmo, la motivación para seguir adelante y ese impulso tácito cuando la carrera se pone difícil. Ganar sabe mejor cuando se comparte, ya sea al correr más lejos que nunca, sentir el subidón o conquistar esa última subida infernal.

La experiencia compartida también va más allá de los beneficios físicos. Abordar juntos una ruta difícil o cruzar la línea de meta codo con codo puede estrechar lazos y hacer que las victorias personales sean aún más significativas.

EL SUBIDÓN DE CORRER SOLO

Correr con otra persona no siempre es pan comido. Puede que tengáis ritmos distintos, metas diferentes o formas de pensar opuestas. Uno quiere conversar, el otro necesita el ritmo de su playlist. ¿Correr en solitario? Pura libertad. Tu ritmo, tu espacio mental, sin compromisos: solo sois tú y cada zancada.

Además de todo esto, está tu crecimiento, ya que al correr solo, aprendes a exigirte más. Aquí se forja tu resiliencia, crece tu confianza y te das cuenta de lo fuerte que eres.

Correr en solitario también fortalece la independencia, ya que marcar tu propio ritmo sin depender de motivación externa refuerza la idea de que tu éxito viene de dentro.

ENCUENTRA TU RITMO

Al final, ya sea que decidas correr en compañía o en solitario, no se trata de decantarte siempre por una u otra opción. Se trata de encontrar el momento para correr juntos y el momento para ir por tu cuenta.

Probar las dos opciones podría funcionar bien también. Ahí es donde los clubes de running entran en juego. Correr en grupo puede darte a ti y a tu pareja lo mejor de ambos mundos. Aportan energía renovada, nuevas rutas y traen una fuerza diferente. Algunos días, podéis ser el impulso que os ayuda a mantener el ritmo. Otros días, puedes dejarte llevar por el grupo y hacer nuevas amistades.

En esencia, correr, ya sea solo o en compañía, no se trata de demostrarle nada a nadie. Se trata de movimiento, libertad y la satisfacción personal de superar tus propios límites. Independientemente de cómo elijas entrenar, el objetivo sigue siendo el mismo: perseguir ese subidón del corredor y dar rienda suelta a tu verdadero yo.