Incluso los corredores más apasionados tienen dificultades para resistirse a posponer la alarma, especialmente a las 5 de la mañana.

Es fácil envidiar a quienes se levantan con el amanecer, se atan las zapatillas y salen a sumar kilómetros mientras el mundo sigue soñando entre almohadas. Para quienes no están acostumbrados al ajetreo que traen las mañanas consigo, esta rutina puede parecer agotadora.

Sin embargo, unirte al llamado Club de las 5 de la mañana trae una lista de beneficios que impactan desde tu rendimiento hasta tu bienestar mental. Así que, si no avanzas con tu entrenamiento, poner la alarma temprano podría ser justo lo que necesitas para liberar la energía que llevas dentro.

Todos recordamos nuestra primera carrera a las 5 de la mañana. La verdad: todos la odiamos. Hacía frío, el cielo estaba gris y es muy probable que estuviéramos cansados. Pero seguimos adelante, y después de unas cuantas carreras, nos enamoramos del running. Hay algo especial en comenzar la mañana con una dosis de energía que no te abandona durante el día.

¿Por qué deberías madrugar para correr?

Correr temprano acelera tu metabolismo, lo que te ayuda a quemar calorías de manera más eficiente durante el día. Al comenzar la mañana con la energía alta, el ritmo natural de tu cuerpo comienza con buen pie.

Hay estudios que también han demostrado que correr temprano por la mañana puede mejorar tu estado de ánimo de forma natural. También se liberan endorfinas, conocidas como «sustancias químicas de la felicidad» que reducen estrés y le dan un impulso a tu estado de ánimo.

Y hablando del estado de ánimo, la paz de las mañanas trae una claridad mental inigualable. Llueva o haga sol, correr antes de que el mundo esté ocupado te da la oportunidad de concentrarte en tus objetivos, despejar la mente y prepararte para el día que tienes por delante. Aduéñate de esas horas.

Y, por último, todos sabemos que la vida es puro caos. Compromisos escolares, laborales, sociales y familiares: cuando tu agenda está repleta, se suelen dejar el deporte y esa carrera de lado. Al correr por la mañana, estás priorizando tu entrenamiento y asegurándote de que nada interfiera con tus objetivos físicos.

5 consejos para que no te gane la alarma

1. Ajusta gradualmente tu horario de sueño

Empieza poco a poco. Adelanta gradualmente la hora de acostarte entre 15 y 30 minutos cada noche hasta que puedas levantarte temprano sin muchos problemas. Ajustar tu ritmo de esta forma ayudará a tu cuerpo a acostumbrarse a la nueva rutina sin dejar de dormir las 7 a 8 horas que necesitas para recuperarte.

2. Prepárate la noche anterior

Lamentablemente, no siempre se puede confiar en tu yo futuro. Así que coloca tu ropa para correr, tus zapatillas y cualquier otra cosa que necesites antes de dormir. Al hacer que el trayecto de los sueños a la puerta sea lo más suave posible, eliminarás la tentación de posponer la alarma cuando suene.

3. Empieza con carreras más cortas

Si es la primera vez que corres temprano por la mañana, no sientas que tienes que irte muy lejos las primeras veces. Empieza con carreras más cortas, aunque solo sean de 15 a 20 minutos. A medida que tu cuerpo se vaya adaptando, te entrarás más rápido en calor aumentando gradualmente la distancia y la intensidad.

4. Date tiempo para despertarte

No esperes saltar de la cama y ponerte tus zapatillas para correr. Tómate el tiempo necesario para despertarte, estirar e hidratarte antes de salir. Un calentamiento suave ayudará al cuerpo a pasar del reposo a la actividad y reducirá el riesgo de lesiones.

5. Establece una meta

Tener un objetivo claro para tu carrera, ya sea un objetivo de distancia, un objetivo de tiempo o simplemente un compromiso con una cantidad específica de carreras cada semana, esto te ayudará a que la motivación no decaiga. Además, haz un seguimiento de tu progreso para ver cómo vas avanzando, ya sean victorias grandes o pequeñas. Así podrás llegar a más.

La mañana es tuya

Esa carrera a las 5 de la madrugada es más que un entrenamiento que realizas temprano: se trata de tomar control. Mientras todo el mundo está dormido, tú sales a perseguir esa sensación de subidón, dominando la calle y con logros a tu espalda antes del desayuno. Sin distracciones ni excusas, solo tú, el camino y tu energía empujándote hacia adelante.